Nagayoshi y otros colaboradores estudiaron la eficacia del agua ozonizada. El resultado de la inactivación microbiana dependió del tiempo de flora microbiana generadoras de caries, las periodontopatógenas y endodontopatógenas (streptococcus, porphyromonas gingivalis y endodontalis, actinomyces actinomycetemcomitans, cándida albicans), tanto en cultivos como en bio-películas. Dependiendo de la dosis, las floras microbianas orales quedaron desactivadas en solo 10 segundos. Los gérmenes anaeróbicos resultaron ser particularmente más sensibles al ozono, siendo la Cándida albicans la más resistente (reducción de aprox. 90% tras la incubación con la máxima concentración de ozono). Huth y otros colaboradores llevaron a cabo un estudio controlado sobre la eficacia del ozono en caries de fisuras sin formación de cavidades en molares permanentes. Se compararon las lesiones oclusales iniciales de una mitad del maxilar con una lesión equivalente en el lado opuesto del maxilar. En el estudio partic